La Agencia Tributaria Española (AEAT) ha introducido un cambio significativo en la regulación de los embargos deudas, apuntando directamente a los ingresos de empresas y autónomos morosos. Según una resolución publicada el 29 de mayo en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la AEAT podrá ahora embargar de forma telemática los ingresos obtenidos a través de terminales de punto de venta (TPV), tanto físicos como virtuales. Esta medida está pensada para aplicarse sobre deudas en fase de ejecución que superen los 3 euros, excluyendo las diligencias de embargo preventivo o aquellas que se conviertan en embargo definitivo.
El proceso de embargo será notablemente eficiente ya que la AEAT podrá emitir órdenes de embargo en línea, simplificando tanto la notificación como la ejecución de las mismas a través de los bancos. Estos últimos, tras recibir dicha orden, tienen la capacidad de retener cualquier pago realizado mediante tarjetas de crédito, débito, prepago e incluso monederos virtuales, hasta que la deuda sea saldada. Este procedimiento posiciona a la AEAT a la par con su habilidad para embargo de fondos en cuentas y depósitos.
Sin embargo, para aquellos que consideren eludir estas medidas cambiando de banco o datáfono, encontrarán rápidamente la inutilidad de este esfuerzo. La normativa establece el deber de las entidades financieras de reportar a la AEAT cualquier incidencia relacionada con el cobro y embargo de estas cantidades, asegurando así una amplia cobertura de la regulación.
Ante un embargo de TPV, la solución más práctica aconsejada es saldar directamente las deudas pendientes con la AEAT. Asimismo, desde el ámbito legal, como sugiere Rato Abogados, otras vías como la solicitud de un concurso de acreedores o, para los autónomos, la acogida a la Ley de Segunda Oportunidad, presentan alternativas viables que permiten a los afectados manejar la situación manteniendo la operatividad de su negocio hasta la resolución de sus deudas. Esta medida de la AEAT marca un paso adelante en la eficiencia del cobro de deudas, integrando la tecnología con los procesos de ejecución tributaria.
