Hoy día, los expertos siguen investigando el ámbito emocional puesto que las habilidades sociales influyen de manera directa en el tipo de relación que una persona establece con otra. Las habilidades sociales como por ejemplo, la empatía, el compañerismo y la sinceridad son esenciales en el ámbito laboral para trabajar en un ambiente humano.
Por este motivo, un auténtico jefe debe de ser un líder, es decir, alguien con la suficiente inteligencia social como para transmitir un mensaje positivo a todos los empleados, motivación e ilusión renovada a corto plazo. De hecho, uno de los mayores enemigos a los que debe de hacer frente un trabajador es la falta de motivación.
Por esta razón, un jefe debe de ser un líder. Un líder es aquella persona que de forma natural tiene una autenticidad que produce admiración en los demás. De hecho, el carisma es una cualidad que es imposible conseguir de forma artificial.
La inteligencia emocional remite a la capacidad de comprender las emociones de uno mismo y también del otro, por el contrario, la inteligencia social remite a la influencia y la comunicación que tiene una persona hacia todo un grupo. Por este motivo, el jefe de una empresa debe de tener un magnetismo especial para tener la fuerza necesaria para crear un auténtico equipo en el que la unión es esencial y el respeto entre compañeros una garantía de calidad.
Dirigir un grupo con coherencia y lógica interna a veces no es fácil por eso también se requiere una capacidad para resolver los conflictos y poder mediar en caso de que se produzcan diferencias.
Imagen: Vivir con filosofía