Tipos de financiación

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A la hora de tener una empresa, la financiación es uno de los temas más importantes que puedes tener porque éste es uno de los pilares, la capacidad o el capital que debe tener uno para hacer frente a los gastos que vas a tener a lo largo de la vida de la empresa.

Esta financiación, en un principio, está compuesta solo por financiación propia e interna, es decir, lo que tú mismo aportas a la empresa o incluso lo que otros aportan en ella (familiares, socios, etc.).

Sin embargo, también hemos de decir que, también, hay dos formas de clasificar la financiación, ya sea de forma pública o de forma privada.

Financiación pública

La financiación pública es aquella que se ofrece por parte de las entidades públicas. En la mayoría de los casos esta financiación es a través de préstamos o créditos que, después, ha de devolverse a la entidad bien mensual o gradualmente.

Es un tipo de financiación que, aunque es llamativa, los emprendedores no hacen mucho caso debido a las condiciones que se imponen (es casi imposible que las empresas lleguen a cumplirlas todas y, aunque echan la solicitud, saben que hay tantas empresas en la misma situación que apenas tiene esperanzas de conseguir algo).

Financiación privada

Este tipo de financiación puede identificarse con los bancos y cajas. Es una financiación que buscamos en entidades privadas donde, con la presentación del plan de negocios o plan de empresa nos puede abrir la puerta a un desembolso monetario importante.

Como ocurre con la financiación privada, este tipo de financiación es también a devolver salvo que se estipule lo contrario (quizás entrar a formar parte en la empresa).

Cuál es mejor

A la hora de decidirnos por una u otra tendremos que ver cuáles son las condiciones que se establecen en cada una de ellas de tal manera que escojamos la que más se adapte. La financiación pública tiene el problema de ser más lenta (pueden pasar meses o años para recibirla) mientras la privada es más rápida.

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