Según un informe de mercado realizado por la consultora internacional Grayling, el 23% de las empresas nacionales ha incrementado su presupuesto para los departamentos de “Comunicación de Crisis”, lo que demuestra la preocupación que existe por la situación financiera actual en el sector, sobre todo si consideramos que la media, a nivel mundial, de apuesta por este rubro, se ubica en torno a apenas del 10%.
Entre otros elementos que también se pueden distinguir de este relevamiento llevado adelante por la encuestadora, se debe mencionar también que tres de cada cuatro profesionales de empresas españolas, aseguran el haber “mantenido o incrementado el peso y grado de integración entre las actividades de Comunicación de su compañía y los programas de Public Affairs o Relaciones Institucionales”.
Como consecuencia inmediata de la situación previamente mencionada, nos encontramos con que se ha producido una baja sustancial en la mayoría de los presupuestos dedicados a las áreas de “Comunicación Corporativa y Gestión de la Reputación”, y en los casos en los que existieran, a las de “Comunicación de las acciones de Responsabilidad Social Corporativa y Sostenibilidad”.
Una de las claves para entender todas estas situaciones que se suceden en las empresas nacionales, según el propio CEO de Grayling España, Eduardo Fuentes, es que “como siempre sucede en tiempos de crisis, las empresas se ven obligadas a hacer una revisión en los gastos que mantienen en sus estrategias de Marketing y Comunicación”, apostando por definirlo a la baja, y aprovechar estos recursos para los apartados de “Comunicación de Crisis”.
Ahora bien, si te preguntas qué es la comunicación de crisis, debemos decir que se trata de al posición, ante situaciones inesperadas por la compañía, en la que los voceros de las instituciones abogan por tranquilizar a sus clientes o asociados, aprovechando el momento de inestabilidad para reposicionar la marca en el mercado.