Al buscar empleo, el currículum actúa como la principal carta de presentación ante los reclutadores, jugando un papel crucial en la primera impresión que se deja. Sin embargo, ciertos errores comunes podrían disminuir las posibilidades de ser convocado a una entrevista. Entre los desaciertos más frecuentes se encuentra la inclusión de información personal irrelevante, como el estado civil, la religión o la afiliación política, la cual no solo se considera innecesaria sino que además podría generar sesgos inconscientes en el reclutador.
Otro aspecto a evitar es el llenar el currículum con experiencia laboral que no guarda relación con el puesto al que se aspira, o mencionar trabajos muy antiguos, ya que esto puede restar claridad al perfil profesional del candidato. Se aconseja concentrarse en los últimos 10 años de experiencia laboral y destacar aquellas que se alineen directamente con el trabajo deseado.
Los clichés y las frases hechas también se señalan como elementos a excluir. Expresiones como “trabajo en equipo” o “soy perfeccionista” han sido sobreutilizadas hasta el punto de perder significado. Es preferible especificar las habilidades y logros con ejemplos concretos que demuestren las capacidades del candidato. De igual forma, los errores ortográficos y de formato en el currículum pueden crear una mala impresión, sugiriendo falta de atención al detalle, por lo que se recomienda una revisión minuciosa antes de su envío.
Finalmente, se sugiere no incluir las expectativas salariales ni las razones para dejar empleos anteriores en el currículum, ya que estos son temas que se abordan adecuadamente durante la entrevista. Un currículum bien elaborado debe ser claro, conciso y relevante, evitando estos errores comunes para asegurar que destaque por las razones correctas y acerque al candidato a la entrevista deseada.