Bitcoin y Trump: ¿Hacia dónde se dirige la criptomoneda reina?

El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha generado expectativas en múltiples sectores, y el mercado de las criptomonedas no ha sido la excepción. Tras el triunfo electoral del magnate, el bitcoin (BTC) superó por primera vez los 100.000 dólares, marcando un hito histórico. Sin embargo, la primera semana del nuevo mandato ha dejado un sabor agridulce para los entusiastas del criptoactivo, con movimientos erráticos y una falta de acciones concretas que impulsen su crecimiento a largo plazo.

De promesas a expectativas incumplidas

Durante su campaña, Trump prometió convertir a Estados Unidos en líder mundial en el sector de los criptoactivos, planteando incluso la creación de una reserva estratégica de bitcoin. Estas declaraciones iniciales dispararon el optimismo en los mercados, impulsando al BTC a máximos históricos. Sin embargo, su discurso de investidura no incluyó menciones al bitcoin ni a las criptomonedas, lo que fue percibido como un jarro de agua fría por los inversores.

A mitad de semana, el presidente firmó una orden ejecutiva que establece un grupo de trabajo dedicado a las criptomonedas. Aunque la medida busca sentar las bases para una regulación integral y la posible creación de una reserva nacional de bitcoin, no ha sido suficiente para satisfacer a los inversores que esperaban pasos más contundentes. Según analistas, la decisión de «estudiar» en lugar de «implementar» esta reserva refleja una falta de compromiso inmediato con el sector.

Movimientos del mercado: volatilidad y toma de beneficios

Los datos de CoinGlass y IntoTheBlock evidencian la incertidumbre en el mercado. El interés abierto del bitcoin aumentó a 66.000 millones de dólares, mientras que los flujos hacia los intercambios superaron los 30.000 BTC diarios al inicio de la semana. Estas cifras sugieren una creciente intención de los inversores de asegurar beneficios en medio de la volatilidad.

Por otro lado, el indicador RSI (Índice de Fuerza Relativa) se sitúa en 65, lo que, según los analistas de Kraken, indica que el bitcoin todavía tiene espacio para crecer sin entrar en sobrecompra. Sin embargo, advierten que los niveles clave a corto plazo, como los 89.990 dólares, podrían ser probados si se produce un retroceso significativo.

Optimismo a largo plazo: ¿una oportunidad o una trampa?

A pesar de las señales mixtas, hay quienes ven razones para el optimismo. Desde el 15 de enero, los fondos cotizados (ETF) de bitcoin al contado han captado más de 3.000 millones de dólares, un indicador de que los grandes inversores aún apuestan por el activo digital. Además, la flexibilización fiscal y regulatoria anunciada por la administración Trump podría servir de catalizador para nuevos repuntes en el mercado de las criptomonedas.

David Sacks, designado por Trump como zar de inteligencia artificial y criptomonedas, será clave en este proceso. Su liderazgo en el grupo de trabajo busca crear un marco regulador que equilibre el impulso a la innovación con la necesidad de seguridad. No obstante, la falta de medidas inmediatas y concretas sigue siendo un punto débil.

Retos en el horizonte: regulación y seguridad

El principal obstáculo para el avance del bitcoin sigue siendo la incertidumbre regulatoria. Mientras que algunas voces en Wall Street, como Larry Fink de BlackRock, apoyan el potencial de las criptomonedas, otras, como David Solomon de Goldman Sachs, se muestran cautelosas. Además, la volatilidad inherente del bitcoin y los riesgos de ciberseguridad plantean desafíos que la administración estadounidense deberá abordar con urgencia.

¿Hacia dónde va el bitcoin?

Con un soporte clave en los 89.990 dólares y una resistencia importante en los 110.000, el bitcoin se encuentra en una encrucijada. Si logra superar este último nivel, los analistas prevén que podría dirigirse hacia los 120.000 dólares en el corto plazo. Sin embargo, un retroceso por debajo del soporte mencionado podría desencadenar una corrección más profunda.

El futuro del bitcoin bajo el mandato de Trump depende en gran medida de si las promesas de liderazgo en el sector de los criptoactivos se traducen en acciones concretas. Por ahora, los inversores permanecen en un delicado equilibrio entre el optimismo a largo plazo y la cautela ante la falta de resultados inmediatos. ¿Será este el inicio de una nueva era dorada para las criptomonedas, o quedará el bitcoin atrapado en la retórica sin acción?

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