Mejorar la Asegurabilidad del Riesgo Climático: Impulso para la Resiliencia Económica Global

Silvia Pastor

Un reciente informe de la firma de servicios financieros Aon ha revelado una preocupante realidad: el 60% de los daños económicos causados por catástrofes naturales en 2024 no contaron con cobertura aseguradora, poniendo de manifiesto la creciente vulnerabilidad frente a eventos climáticos extremos. Durante el año, las pérdidas aseguradas alcanzaron los 145.000 millones de dólares, convirtiéndolo en el sexto año más costoso en dicho ámbito.

El «2025 Climate and Catastrophe Insight Report» de Aon detalla que las catástrofes naturales a nivel global generaron pérdidas económicas totales por 368.000 millones de dólares. Aunque esta cifra representa un ligero descenso respecto a los 397.000 millones reportados en 2023, supone un aumento del 14% en comparación con la media del siglo XXI. Este encarecimiento ha sido principalmente impulsado por huracanes y tormentas severas en Estados Unidos, marcando nueve años consecutivos en los que las pérdidas superan los 300.000 millones de dólares.

Una de las preocupaciones más significativas que destaca el informe es el continuo aumento tanto en la frecuencia como en el costo de los eventos meteorológicos extremos. Las pérdidas aseguradas en 2024 excedieron en un 54% la media del siglo XXI, reflejando la severidad de los fenómenos. Sin embargo, la brecha en la cobertura sigue siendo alarmante, lo cual representa una carga sustancial para comunidades y gobiernos.

El huracán Helene se destacó como el evento más devastador del año, con un saldo de daños por 75.000 millones de dólares y la pérdida de 243 vidas. El crecimiento de las pérdidas causadas por tormentas convectivas severas está vinculado al aumento de la población, la riqueza, y la exposición a riesgos climáticos.

Asimismo, 2024 ha sido señalado como el año más cálido jamás registrado, con 20 países experimentando las temperaturas más elevadas en su historia. El informe indica que 18.100 vidas se perdieron debido a riesgos naturales, una cifra que, aunque sigue siendo preocupante, refleja una disminución respecto a la media del siglo XXI, gracias a los avances en sistemas de alerta y planificación de evacuaciones.

A pesar de estas tragedias, el informe resalta el potencial para mejorar la resiliencia y la mitigación frente a desastres naturales, lo que podría contribuir a reducir tanto los daños materiales como la pérdida de vidas en el futuro cercano. Los sectores económicos de países como España, Brasil, Emiratos Árabes Unidos y Vietnam fueron los más afectados por eventos asegurados durante el último año.

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