Bruselas ha introducido una iniciativa destinada a incentivar que el ahorro de los ciudadanos europeos contribuya directamente al crecimiento económico de la Unión Europea, a través de la creación de una etiqueta común para productos financieros. Esta etiqueta, conocida como Finance Europe, tiene como objetivo señalar aquellos productos que invierten significativamente en activos dentro de la UE, promoviendo así inversiones locales en vez de globales sin retorno económico para la región.
La incorporación de la etiqueta Finance Europe significa que un producto financiero debe invertir al menos el 70% de los fondos en activos europeos y fomentar compromisos de inversión a medio y largo plazo, estableciendo un periodo mínimo de cinco años. Esta orientación busca canalizar el ahorro hacia proyectos de pequeñas y medianas empresas, infraestructuras e innovación dentro de Europa, fomentando el desarrollo económico tangible.
Sin embargo, los ahorradores deben ser conscientes de que los productos que portan esta etiqueta no ofrecen garantías públicas sobre el capital invertido, lo que implica un nivel de riesgo. Por tanto, se aconseja una cuidadosa evaluación antes de comprometerse, a pesar del atractivo de contribuir al crecimiento económico de la UE y, potencialmente, beneficiarse de ventajas fiscales específicas que están siendo consideradas en países como España.
En un esfuerzo por atraer a inversores, incluso a aquellos sin experiencia financiera previa, la etiqueta Finance Europe promete ser una herramienta de referencia clara, diferenciándose de productos que a menudo se promocionan como “éticos” o “sostenibles” sin criterios claros. Con el compromiso de invertir en Europa y el potencial de incentivos fiscales, busca motivar a los ciudadanos a ahorrar con una perspectiva a largo plazo y un enfoque en el impacto económico, más allá del simple hecho de mantener el dinero sin activar.