Inflación política

inflacion3.jpgLos datos reales y adelantados del IPC confirman que los precios en España están desbocados aunque no se sepan muy bien las razones objetivas. Pero, la realidad palpable no hace falta adivinarla aunque haya quien ahora se cuelga medallas autoalabando su propia capacidad de análisis adelantado sobre lo que ya se sabía con sólo saber leer. Cada uno se autosatisface como quiere o como puede.

Intentaremos, no obstante, dar distintas visiones sobre esta escalada inflacionista que amenaza con traer importantes problemas. Uno de éstos será el impacto electoral de los precios y es que no olvidemos que estamos en casi campaña. No se trata de un problema de cifras totales sino de datos desagregados y su precepción ciudadana. Los índices son así, miden situaciones medias respecto a una situación ideal por lo que a mucha gente le suena raro o alejado de sus intereses.

Uno de los principales componentes del IPC son los alimentos y productos de primera necesidad, esos cuya compra casi se realiza a diario y sobre los que se tiene, por tanto, una visión muy próxima en cuanto a la evolución de sus coste. Si los alimentos básicos cuestan cada vez más se nota y mucho lo que tendrá un reflejo social casi inmediato. Y puestos a culpar ya que no conocemos al fabricante solemos hacer recaer las culpas sobre los gobernantes (y hacemos bien).

El gobierno debería estar muy preocupado por este aspecto de la inflación y no sólo porque le vaya a costar votos sino porque de manera efectiva la población se desangra pagando bienes de primera necesidad, ésos de los que no podemos prescindir. Arreglando lo uno se soluciona lo otro. Es la hora de los estrategas económicos y no de los politólogos.

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