Déficit público, ¿y qué?

deficit.jpgEl Estado, es decir todos nosotros, ha incurrido en déficit por tercer mes consecutivo superando los 14.600 millones de euros y cerca del 1,3% del PIB. Cifras nada más. ¿Es bueno tener déficit?, básicamente no. ¿Es necesario incurrir en déficit?, a veces sí.

Debemos distinguir entre el origen de esta diferencia entre ingresos y gastos y las consecuencias de ello. El rápido deterioro de las cuentas públicas especialmente castigadas por la bajada de ingresos viene a confirmar cierta debilidad en cuanto a que no se han reducido o flexibilizado los gastos de tal manera que respondan bien ante situaciones de menores ingresos.

Respecto a las consecuencias hay dos inmediatas. Una es su repercusión en la deuda pública, hasta ahora en un holgado 36% del PIB (lejos del máximo del 60 que marca el pacto de estabilidad) que se verá incrementada lógicamente. Y otra proviene de la clasificación del país que las empresas de rating aplicarán a partir de ahora y que harán a la baja seguramente.

Las entidades de calificación no deberían tener la autoestima demasiado alta, por razones obvias, por lo que harían bien en considerar las circunstancias del déficit y las expectativas de que en cuanto cambien las circunstancias volverá a haber superávit. No es lo mismo ser deficitario por insuficiencia financiera o desmanes en la gestión que por inyectar fondos a la economía, mantener la política social e invertir en infraestructuras.

No servirá de nada pero es una opinión más.

Scroll al inicio