La jornada de ayer será difícil de olvidar en América Latina. Los mercados con Brasil a la vanguardia vivieron una verdadera pesadilla debido a un nuevo «lunes negro» en la región.
La magnitud de las pérdidas fue mayor de lo esperado. La bolsa de San Pablo sufrió un verdadero desplome y tuvo que interrumpir sus operaciones luego de sufrir dos caídas primero al 10% y luego al 15%.
La situación fue salvada por el índice Ibovesa el cual tuvo una caída del 5,43% y 42.100 puntos, lo cual causó cierto alivio entre los operadores financieros.
Otros países de América Latina también vivieron situaciones similares.
La región está condicionada por la caída de los precios internacionales de las materias primas que los mismos exportan.
Materias primas sobre los cuales basaron su crecimiento en los últimos años.
La bolsa de Buenos Aires también tuvo que suspender sus operaciones debido a la caída del índice Merval. Por suerte se pudo recuperar a tiempo y al cierre de la jornada la pérdida llegó solamente al 5,9%.
Una situación similar ocurrió en México.
Además las principales monedas del continente sufrieron un depreciación. El real brasileño se hundió el 7,57%, el peso mexicano (-6,06%), el chileno (-3,16%), el argentino (-0,94%) y el uruguayo (-0,92).
Al igual que lo que sucede en Europa, las autoridades de los diferentes países buscan fórmulas que permitan evitar el pánico de los inversores.
Y es que los problemas generados con los grandes bancos estadounidenses y europeos han desatado un estado de tensión tal que ante cualquier rumor los inversores buscan resguardar su capital.
Será fundamental estar al tanto de la temporada de divulgación de balances empresariales del tercer trimestre, que en las próximas semanas darán una idea del tamaño del contagio de la crisis a la economía real latinoamericana.