Los inversores españoles no ven a su país como el lugar preferido para comprar activos inmobiliarios. En estos momentos los españoles se decantan por países como Alemania. La causa puede encontrarse en el hecho de que España sea el estado europeo calificado por la mayoría de más duro en cuanto a fiscalidad.
Por ahora la cantidad de fondos de inversión inmobiliaria en el país son escasos, pero si se cumplen las previsiones de los analistas, en unos meses el dinero español perderá sus miedos y dirigirá sus miras al mercado nacional.
Además de estos buenos augurios muchos de los empresarios del sector inmobiliario están convencidos que la crísis económica española no es peor que la del Reino Unido. Sin embargo, la mala prensa, algunas veces intencional, hace que se paralicen las llegadas de activos a España.
Varios han sido los empresarios que han visto como una negociación casi segura se caía luego de que la sociedad internacional con la que se había apalabrado la operación diera marcha atrás a la vista de algún titular del Financial Times u otra publicación de similares características.