Desde hace muchos años todos sabemos que no hay nada más seguro que guardar nuestro dinero en un banco suizo, máxime si el mismo es de dudosa procedencia.
Pero la cosa parece tender a cambiar de apoco. El país ha expresado que flexibilizará, con condiciones, su cooperación internacional en materia fiscal para casos de presunto fraude o evasión fiscal.
Esto se debe a que los helvéticos no tienen ningún interés en integrar la lista de paraísos fiscales que la OCDE elebará en la próxima cumbre del G20 a celebrarse el 2 de abril.
De esta forma se procederá al intercambio de información en casos de sospechas demostradas y concreatas.
Según el presidente, Hans-Rudolf Merz, esto «no se trata de llegar a un intercambio automático» y ha aclarado que la privacidad de los clientes seguirá siendo protegida contra la consulta «injustificada» de informaciones relativas a su situación patrimonial.
No será cuestión de consultar por consultar sino que las consultas deberán contar con su asidero.
En lo que se considera el borrador de la lista que se elevará al G20, Liechtenstein, Andorra y Mónaco aparecen como paraísos fiscales, y Suiza, Austria, Luxemburgo, Hong Kong y Singapur como países que no cooperan en esta materia.
El presidente Suizo advirtió que incluir al país en dicha lista sería contraprudecente no sólo para este sino para la economía mundial.