Seguridad Social y lo que deseamos (III)

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Continuando con la serie de artículos que vamos a dedicar al tema de la Seguridad Social a raíz de alguna manifestación y contraréplica respecto al futuro de este sistema social de primer orden, abordamos hoy un par de asuntos esenciales como son si consideramos bueno tener Seguridad Social y cómo debe gestionarse. Cuestiones adyacentes pero no iguales.

Las sociedades modernas se han dotado de sistemas de previsión que aseguren a las personas una renta cuando se produce el retiro o jubilación. Es difícil saber si fue primero la gallina o el huevo, si las economías crecieron gracias a las pensiones o al revés pero debe quedar claro que esta salvaguarda social supone una enorme ventaja para las economías de mercado ya que asegura un ahorro futuro a los consumidores e inversores que mantienen su nivel de vida cuando el caudal monetario no tiene la misma magnitud.

Y esto se da tanto en las economías que se preocuparon por crear un estado de bienestar como en aquellas que optaron por dejarlo en manos privadas. Sí, en Estados Unidos también hay pensiones sólo que gestionadas por empresas del ámbito privado. Luego el primer punto respecto a crear un sistema de previsión social debe darse por superado ya que parece imprescindible.

El otro vector proviene de decidir si ha de ser una entidad pública la encargada de recaudar y gestionar las pensiones o bien debe dejarse en manos privadas. También puede darse y de hecho se da una solución mixta o complementaria en la que a las aportaciones obligatorias se unen otras voluntarias generalmente favorecidas desde el punto de vista fiscal pero gestionadas por gestoras privadas.

La manera rápida de zanjar este asunto proviene de la experiencia reciente que nos han legado los administradores de fondos privados y cómo la avaricia y el mal gobierno han puesto en peligro los dineros de muchos pequeños ahorradores. Siempre, y lo recalco con rotundidad, simepre es más fiable un sistema público y no sólo porque tengan el respaldo explícito de un Estado (que también puede quebrar pero más difícilmente y con más posibilidades de recuperación) sino porque además se añade un aspecto democrático a la gestión y proyección de modelo.

En todo caso es una cuestión abierta permanentemente a debate y a mejora. Creo que fue Stephen King el que dijo alguna vez que hay que tener cuidado con lo que se desea no vaya a ser que lo consigamos y sea peor. ¿Qué preferís, público o privado en esencia?. Esperamos vuestras opiniones.

En nuestro próximo y último artículo trataremos de reflexionar sobre las reformas que deben llevarse a cabo para asegurar el sistema ya que hundirlo parece más fácil.

Foto rahego

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