El proceso fue el siguiente: Hago un somero repaso de nuestros amigos del blogsalmon y no sólo a la busqueda de nuevos duelos, no seáis malos, sino para estar al día de lo que cuenta la competencia y aprender, por supuesto.
Me encuentro un artículo sobre el día del contribuyente y la liberación fiscal. Me digo, ¡anda, qué bien!, un tema que viene muy al pelo dado el período de liquidación del IRPF que vivimos y además recuerdo algo sobre esta iniciativa que, sinceramente, había conocido hace casi un año y había olvidado.
Accedo a la página del día del contribuyente, gentileza de la Institución Futuro, un think tank liberal que en el lenguaje no anglosajón yo traduciría por neoliberal o de derecha económica. Y dentro del espacio web leo el manifiesto al que invitan a unirse a todo el que quiera.
Y, entonces, reconozco que lo pasé mal. Por un momento creí que era un liberal más y ello me produjo un impacto fuerte, para qué ocultarlo. ¿Quién puede negarse a que se haga un uso responsable de nuestros impuestos?, ¿qué desalmado podría negarse a que el dinero público se gestione con trasparencia y de la mejor manera posible?, ¿quiero pertenecer a una sociedad civil que se cree que todo el monte es orégano y gratuito?, ¿cómo no voy a querer que se me reconozca el esfuerzo fiscal que hago?, ¿acaso no es bueno que la sociedad civil participe más en las políticas públicas?.
Cautivo y desarmado intelectualmente estuve a punto de unirme al manifiesto, quizá no quiero ser señalado por la calle como un desgraciado que está en contra de tan buenas palabras como las que figuran en tan breve, por tanto presuntamente dos veces bueno, manifiesto. Pero me contuve, lo cual no es fácil, y razoné, lo que me requiere cada día mayor esfuerzo. Y ví la luz, bueno, otra luz para no ser maniqueo.
El problema del manifiesto es que es tan genérico que casi nadie puede estar en contra. Es como preguntar si se está a favor de la vida: pocos malnacidos estarían en contra y sin embargo la pregunta está mal formulada o no sirve para nada. De este tipo de manifiestos o propuestas generalistas sin definición poco se puede deducir, sólo buscan el aplauso fácil, la adhesión masiva como preámbulo al apoyo de sus tesis. Y creo que es bueno desconfiar de quien no cuenta todo lo que piensa y sólo lanza buenismo a los cuatro vientos. Mal asunto.
Y a mí la tesis de partida me parece la típica barbaridad neoliberal: cuándo dejamos de pagar impuestos y empezamos a trabajar para nosotros mismos. Ergo los impuestos son algo ajeno cuando en realidad forman parte de nuestro patrimonio y nos ayudan, por qué no decirlo, a generar riqueza también. Si ese es el principio no te digo nada lo que debe haber por debajo.
Conmigo que no cuenten, en resumen.