Que haya déficit es mala noticia porque a nadie le gusta deberle dinero al vecino, pensemos en las cuentas públicas como en las nuestras propias y coincidiremos en ello. Tampoco es un desastre en sí ya que si el gobierno se endeuda eso significa que hay más dinero en la economía no que se haya volatilizado o despilfarrado, como les gusta decir a algunos. El problema viene de que hay que pagarlo aún sosteniendo que decir que esta deuda será pagada por las generaciones futuras es un obviedad o una tontería, siempre ha sido así igual que si hubiera superávit alguien vendría a gastárselo.
El efecto del déficit sobre la economía suele ser que tiende a elevar la inflación o los tipos de interés pero dadas las circunstancias no parece que haya peligro en ese sentido sino más bien al contrario. Que se haya gastado el dinero en bienes y servicios improductivos tampoco es determinante ya que los inputs de los que se alimentan pueden haber ganado en eficiencia por su lado. Volvemos de nuevo al problema de arreglar las cuentas a medio plazo más allá de pactos de estabilidad.
Para compensar este déficit se pueden aumentar los ingresos, bajar los gastos o ambas cosas a la vez. Incrementar los ingresos mediante el empuje de la actividad es una quimera ahora mismo, por lo que queda la vía de aumentar los impuestos (cosa ya propuesta en los PGE) lo que debería dar confianza cara al futuro y no al contrario como se sostiene. Y es que se sigue pensando que es mejor bajar los impuestos que subirlos en cualquier circunstancia.
La reducción de gastos es también posible si no pensamos en lo marginal sino en lo importante: prestaciones sociales (jubiliación, desempleo, dependencia, subsidios,…). Si se quieren recortar gastos se debe actuar sobre estas partidas y no buscar los 1.000 millones que de nada sirven juntando ministerios (aunque tampoco estaría mal si pensamos en la eficacia). Si se proponen reducciones de gastos (¿podríamos pensar que las prestaciones sociales son inversiones o transferencias de renta sin que se piense que eres un peligro público?) es que se va a actuar sobre estas partidas o bien que es una demagogia barata.
Es cuestión de elegir y de decirlo, que es má difícil aún.
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