A veces hay que ejercitar el masoquismo y nada mejor como ver algún programa de Intereconomía para sentir el dolor de la vergüenza ajena y de la pobreza intelectual mezclada con la mendacidad del odio. Ayer mismo hubo un programa, creo que se llama El Gato al Agua, que trataba del cambio climático. Como cualquier tertulia de nivel que se precie todas las opiniones eran contrarias a la evidencia científica de que la acción humana está contribuyendo a que el planeta se vaya a la mierda. Para esos señores todo es una confabulación ecologista-izquierdista que manipulan la realidad para seguir chupando del bote.
Un consejo, cuando en una tertulia, artículo o lo que sea se repite en exceso la aseveración «está demostrado» sin que se aporten las cifras que lo sostienen entonces es que nos la quieren colar. Y ayer se escuchó mucho de esto. Los nombres de los reputados científicos era: Roberto Centeno, Carlos Dávila, Juan Manuel de Prada y Gustavo de Arístegui, metido en un marrón de proporciones importantes.
Pero el asunto está en que con tropa semejante se hace difícil progresar en luchar e impedir simple y llanamente que nuestro planeta se desmorone aunque sólo sea preventivamente. Cuando en la empresa se habla muchas veces de cultura empresarial y que éste puede ser un impedimento parala implantación de avances seguramente se refieran a gente de este calado. Cambiar los usos y costumbres cuesta mucho pero se puede lograr.
Empecemos por el principio, se dice calentamiento del planeta y no cambio climático.
Foto | aitorescauriaza
