Se le está acusando al gobierno, generalmente en la persona de su presidente, de muchas cosas en los últimos tiempos si consideramos un lapso de tiempo de todo el mandato actual más el anterior. Pero no he leído por ahí que se le llame ingenuo y, sin embargo, lo es.
Sólo así puede llamarsele a quien tira piedras contra su tejado pudiéndolo evitar. Y es que estos días están llegando las cartas que informan a los jubilados españoles sobre el incremento, presunto, de sus pensiones para 2010 y el cabreo se vuelve mayúsculo. Cuando no se considera un semi-insulto que sólo suban un 1%, lo que en general son de 4 a 8 euros al mes, muchos pensionistas se suben por las paredes porque el líquido les sale inferior a lo cobrado en diciembre.
Reacciones todas ellas muy lógicas, por otra parte.
Hay que ser ingenuo para mandar la cartita de marras cuando bien podrían habérselo ahorrado vendiéndolo como una medida de austeridad. Y es que la ingenuidad no vende.
Imagen | yonomellamojavier
