En dos años, según datos reunidos por el diario argentino Clarín, basados en un estudio de Adecco, han desembarcado más de 33.500 españoles en los aeropuertos argentinos . Tienen un denominador común: alta formación, entre 25 y 35 años, desempleo de largo cuño y un viaje con la idea de asentarse. En plena arremetida xenofóbica en la península, hacen La América. Se trata del más amplío segmentado de los 110 mil españoles que han emigrado debido a la Crisis.
Los españoles se convierten, de ese modo, en el tercer grupo migratorio no latinoaméricano de Argentino. De ser la tercer potencia inversora en el país sudamericano, España se ha convertido (apenas en media década) en un proveedor de profesionales que viajan para «estudiar y trabajar».
El fenómeno no es nuevo, y llega con ecos del siglo antepasado: “El español que arribó a nuestro país entre 1860 y 1900, venía dispuesto a quemar naves. Para él la prosperidad estaba en la Argentina, pero en aquellos casos no había retorno posible a la Patria. Ahora quizás sea diferente”, apunta para Clarín el historiador Daniel Balmaceda.
El alto número de ingresos a la Argentina provenientes de España tiene un doble componente: por una parte, argentinos de doble nacionalidad que regresan ante la falta de opciones y jóvenes españoles dispuestos a intentarlo en un país que (anotad, por si acaso) carece de controles migratorios estrictos.
Fuente | Clarín
Imagen | La suerte sonríe a los audaces