Pues sí que me he asustado al leer el titular de Expansión que rezaba: «Crisis en Hacienda por el acoso a los asesores fiscales». Como siempre sucede con la prensa «seria» hay que profundizar para tener mejor idea. Se refieren a los grandes asesores, a aquellos que diseñan agresivas estrategias destinadas a minimizar la factura fiscal más allá de lo razonable o incluso legal.
Pues me quedo más tranquilo ya que ni soy de los grandes ni me puedo permitir eso de planificar algo con residencia en Gibraltar. Mis preocupaciones generalmente no van más allá de insistir a mis clientes para cumplir en tiempo y forma con sus obligaciones. Si además consigo que estas tareas sirvan para maximizar incluso su propio negocio entonces me doy por muy satisfecho. Modestia obligada.
En todo caso convendría normalizar la relación entre la administración y esos intermediarios necesarios que llaman asesores. Independientemente del tamaño.