Al principio no fue el déficit

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Una vez confirmado el camino para salir de la crisis a base de lo mismo de siempre, flexibilidad laboral, reducción del déficit, sacrificios a los que ya se están sacrificando y un largo etcétera de recetas neoliberales que ya han fracasado antes, conviene repensar sobre le origen de la situación para que quizá, sólo quizá, sirva de lección para la segura próxima crisis, que será a mayor gloria del ideario liberal.

Indica, en este sentido, Vincenc Navarro con enorme acierto que la causa de la crisis no fue el déficit sino la propia aplicación del libreto liberalizador que todo lo empozoñó. Como némesis de Sala i Martí creo que Vincenc está muy acertado, además.

En la manipulación global del lenguaje ya no suena raro que cuando se dice que todos debemos hacer sacrificios, ese «todos» no engloba al conjunto sino a las clases siempre más desfavorecidas que no son un mojón más en el camino cuando la base económica fundamental. Que el estado de bienestar apenas iniciara su andadura, y ya se haya ido al sumidero, fue un también un factor decisivo para que la situación se agravara hasta el extremo. Las personas percibieron pronto que no tenían un respaldo público suficiente y se lanzaron a ahorrar o recortar gastos como locos cuando no sumergiéndose.

No se puede, tampoco, defender una cosa y la contraria como percibir que los autónomos son los más perjudicados por la situación y, al tiempo, defender que las Sicav (que nada excepcional aportan) sigan siendo privilegiados a ritmo de mariachis.

Pero es lo que hay.

Imagen | bengarny

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