La acción de Amazon (AMZN) vuelve a ser protagonista en los foros de inversión y análisis de mercado. Aunque no es una compañía tradicionalmente asociada al «value investing», su posición estratégica en la nube, el comercio electrónico, la publicidad digital y la inteligencia artificial la colocan en el radar de muchos analistas que ven en ella una opción de crecimiento sostenible a largo plazo. Pero, ¿está realmente infravalorada o su cotización ya descuenta todo su potencial?
Las cifras que sostienen el optimismo
Amazon cerró el primer trimestre fiscal de 2025 con unos ingresos de 155.667 millones de dólares, un 8,62 % más que el año anterior. Su beneficio por acción (EPS) en los últimos doce meses fue de 6,14 dólares, duplicando el de 2023 (2,90 dólares). Su flujo de caja operativo alcanza los 38.000 millones de dólares y la compañía cuenta con 101.000 millones de dólares en efectivo, lo que le otorga una gran capacidad de inversión y resistencia ante volatilidades macroeconómicas.
AWS, el verdadero motor
Amazon Web Services (AWS) sigue siendo la joya de la corona. En 2024 generó 107.000 millones de dólares con márgenes muy superiores al negocio minorista. Aunque su crecimiento (17 % interanual) esté por debajo de Azure (33 %) y Google Cloud (28 %), AWS destaca por su solidez, escala y rentabilidad. A diferencia de sus competidores, no agrupa otros productos bajo su negocio cloud, lo que permite una comparación más clara.
Diversificación rentable
Aparte del comercio electrónico, Amazon está viendo crecer dos segmentos clave: la publicidad (que representa ya el 7 % del GMV y mejora directamente los márgenes) y los servicios a terceros (3P Seller Services), que obtienen ingresos mediante comisiones y tarifas de logística. Además, Prime Video se consolida como la segunda plataforma de streaming, y el proyecto de satélites Kuiper promete ingresos en el sector de telecomunicaciones a partir de 2026.
IA, chips y automatización: las palancas futuras
La apuesta de Amazon por la inteligencia artificial es firme. El lanzamiento del chip Tranium 2, más eficiente en relación precio/rendimiento que las GPU tradicionales, y las plataformas como Amazon Bedrock y Amazon Q, apuntan a captar cuota entre los desarrolladores y empresas que buscan construir soluciones de IA generativa.
En paralelo, la inversión en automatización logística y robótica (como los vehículos Zoox o los robots humanoides para almacenes) podría reducir significativamente los costes operativos de una plantilla que supera el millón de empleados.
Tabla comparativa: Amazon frente a sus rivales en cloud
Proveedor | Ingresos Cloud (Q1 2025) | Crecimiento YoY | Rentabilidad operativa aproximada |
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AWS (Amazon) | 107.000 M$ | 17 % | Alta |
Azure (Microsoft) | No declarado directo | 33 % | Alta |
Google Cloud | ~50.000 M$ (est.) | 28 % | Mejorando |
Valoración razonable, no ganga
Si bien Amazon no cotiza barata en términos de PER tradicional, los analistas la sitúan como una «compra fuerte» por su capacidad de generar caja, diversificación de ingresos y liderazgo estructural. Su retorno sobre el capital invertido (ROIC), aunque difícil de estimar con precisión por su alto CAPEX, mejora progresivamente y podría acelerarse conforme se estabilice el gasto en infraestructura.
Conclusión
Amazon no es el típico valor infravalorado clásico, pero su estructura empresarial y sus apuestas tecnológicas la convierten en una de las compañías mejor posicionadas para liderar en la era de la inteligencia artificial. A largo plazo, su capacidad para generar nuevas líneas de negocio y mantener la eficiencia operativa podría convertir el precio actual en una oportunidad atractiva para los inversores pacientes.