El seguro de viaje se ha posicionado como un complemento indispensable para los viajeros españoles, registrando un notable aumento del 35% en su contratación en los últimos años. Este crecimiento evidencia un cambio significativo en la mentalidad de los viajeros, quienes ahora buscan mayor seguridad y planificación en sus viajes. Ante imprevistos, este seguro se presenta como una solución confiable, destacando la importancia de contar con protección ante cualquier eventualidad.
La pandemia ha jugado un papel crucial en este cambio de percepción, transformando el seguro de viaje de un gasto prescindible a una inversión en tranquilidad. Los problemas derivados de cancelaciones y confinamientos han enseñado a los viajeros la importancia de un plan B. Además, la accesibilidad en términos de costos, con primas que oscilan entre 38 y 45 euros, ha facilitado su adopción. La evolución del sector, con la digitalización de procesos y la oferta de coberturas más claras, ha respondido a las necesidades del nuevo perfil de viajero.
Este interés se ve también impulsado por el tipo de viajes y destinos elegidos, especialmente fuera de la Unión Europea, donde se requiere de cobertura médica o de repatriación. Asimismo, las aseguradoras han sabido captar la atención de los viajeros con seguros que cubren desde deportes de aventura hasta pérdida de equipaje. Aunque España aún se encuentra detrás de otros países como el Reino Unido o Italia en términos de contratación de seguro de viaje, el potencial de crecimiento es significativo.
Finalmente, las proyecciones indican que si la tendencia continúa, el porcentaje de contratación podría alcanzar el 28% en 2030, lo que traducirá en una competencia más fuerte entre aseguradoras y mejores ofertas para los clientes. En un futuro cercano, el mercado del seguro de viaje promete ser más flexible, digitalizado y transparente, adaptándose aún más a las necesidades específicas de cada viajero. En este contexto, la recomendación para quienes planean viajar es comparar y revisar detenidamente las opciones antes de decidir, buscando aquellas que mejor se adapten a sus necesidades específicas. Este aumento en la contratación no solo refleja una moda pasajera, sino un cambio profundo en la forma de entender y experimentar el viaje, subrayando la transición hacia una mayor precaución y previsión.


 
  
 





