Cuando se pretende comparar a España con otros países se suelen escoger magnitudes no comparables, es como cuando se dice que se sube el tabaco y el alcohol para igualarlos a Europa. Primero que igualen los sueldos y luego comparamos.
Con esto de las bajadas de impuestos viene a ser lo mismo o parecido, se dice que Alemania va a reducir impuestos pero no se cuenta toda la verdad. Parece que el gobierno federal alemán va a reducir los impuestos pero no en la cantidad que se dice por varias razones ni tampoco en todos los ámbitos.
En primer lugar las reducciones de ingresos del gobierno central no son lo mismo que reducir los impuestos, que se vayan a gastar más en políticas sociales (inimaginables por aquí) no significa que se reduzcan tributos sino que se incide más en la política redistributiva.
En segundo lugar, que bajen los impuestos federales no significa que baje en igual cuantía la presión fiscal ya que los entes federales (lander) y los municipios van a tener que subir el precio de ciertos servicios mediante aplicación de IVA al 19%, del que estaban hasta ahora exentos.
Y, en tercer lugar, que una merma en los ingresos presentes junto a un incremento del gasto actual significa ajuste futuro o lo que es lo mismo que en años próximos habrá aumento de impuestos, bajada de gastos o ambas a la vez para compensar el déficit generado antes del 2016. Claro que los alemanes pueden obrar el milagro de que la curva de Laffer sirva para algo pero aún así deberán ajustar sus cuentas si quieren cumplir con los criterios de la lobbística Bruselas.
Ya veremos.
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