En un giro total a su negocio dedicado al segmento inmigrante el BBVA ha decido cerrar 130 de las 145 oficinas que tenía de Dinero Express. Dicha filial estaba destinada en forma exclusiva a la tramitiación de envíos de dinero a personas en el exterior del país.
Los empleados de estas sucursales, 190 en total, serán reubicados por lo que sus puestos laborales no corren peligro.
BBVA distribuirá el personas en las 15 oficinas que quedarán -las de masas más importantes de clientela- y en los 5 nuevos centros de trabajo, que se constituirán en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Murcia con el objetivo de atender a los inmigrantes y de potenciar el negocio.
Muchos se han preguntado que es lo que ha llevado a BBVA a tomar esta decisión. El motivo parece ser claro: aunque el segmento sigue siendo estratégico para la entidad (tiene 730.000 clientes inmigrantes), el entorno económico ha cambiado. La capacidad económica y crediticia de los inmigrantes es menor como consecuencia de la crisis, y el volumen y cantidad de remesas que envían a sus países de origen ha disminuido de forma exponencial.
Las últimos datos aportados por el Banco de España indican que las remesas que los inmigrantes mandaron en el primer semestre a sus familiares fuera de España son de 7,3 por ciento menos de la cifra correspondiente a igual periodo de 2007.
Otra de las causas es el hecho de que el banco ha invertido en tecnología para que que el envío de remesas y otro operaciones se pueda hacer mediante cajeros, línea telefónica o Internet, lo que reduce la necesidad de contar con oficinas físicas para este tipo de transacciones.
Desde ahora los casi 130.000 clientes que operaban con el BBVA podrán realizar las mismas operaciones en la casa matriz o en las 15 oficinas supervivientes.