Aunque en términos de PIB, las economías emergentes están lejos, muy lejos, de las cifras y la estabilidad de los países desarrollados, el sector tecnológico está sufriendo una profunda subversión, ya sea en la manufactura y venta de componente o en la prestación de servicios electrónicos, subsectores en los que China y la India se han convertido en países líderes, tal y como revela un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
China es la principal fabricante mundial de chips, componentes de teléfonos, laptops, monitores y televisores, reproductores DVD, entre otros productos de avanzada tecnológica. La India es su principal vendedora. Su volumen de negocios de exportación a los EEUU alcanzó los 314 mil millones de dólares durante el 2006.
Paradójicamente, la baja introducción de servicios tecnológicos dentro de estos países, impiden que su población se beneficie de los productos que fabrican. Su principal ítem tecnológico es el teléfono celular: el número de usuarios se ha quintuplicado en el último lustro.
La capacidad productiva China rebasa con creces a la Hindú. A favor de este liderazgo tiene una sobreabundancia de mano de obra barata. En su contra, la ausencia de políticas de derechos humanos que, en el futuro inmediato, le podrían significar un aislamiento de la economía mundial.