En teoría, un sistema fiscal debe ser justo y predecible, un pilar para financiar los servicios públicos sin aplastar al ciudadano. Sin embargo, un ataque a toda página publicado en el prestigioso diario Financial Times acaba de exponer al mundo un sistema que, en España, parece funcionar bajo una lógica muy diferente. La denuncia, interpuesta por el despacho de abogados Amsterdam & Partners, destapa una estructura que crea un «Gana-Gana» sistemático para Hacienda y un devastador «Pierde-Pierde» para los contribuyentes.

1. El Incentivo Perverso: Inspectores que Cobran un Bonus Incluso si se Equivocan
El sistema fiscal español adolece de un fallo estructural fundamental, un conflicto de interés que recompensa la recaudación agresiva por encima de la evaluación justa. A los inspectores de Hacienda se les pagan bonificaciones (primas) basadas directamente en la cantidad de dinero que logran recaudar, un incentivo económico personal para emitir la liquidación más alta posible, no necesariamente la más correcta. Lo más grave es que reciben este bonus independientemente de si los tribunales, años después, anulan sus liquidaciones por considerarlas improcedentes. Esta práctica, como señala la denuncia, es prácticamente desconocida en el resto de economías avanzadas de la OCDE, que evitan deliberadamente vincular la remuneración de sus inspectores a los importes recaudados para garantizar la imparcialidad.
«a los inspectores de hacienda se les pagan primas basadas en cuánto dinero logran obtener de los contribuyentes incluso cuando los tribunales posteriormente anulan sus liquidaciones.»
2. Paga Primero, Defiéndete Después: La Barrera de Acceso a la Justicia
En España, antes de que un contribuyente pueda ejercer su derecho constitucional a recurrir una liquidación fiscal, está obligado a pagar primero la totalidad de la cantidad exigida, sin importar su validez. Esta norma convierte el derecho a la defensa en un lujo inaccesible para muchos, con consecuencias devastadoras. Quienes no pueden pagar afrontan de inmediato embargos de cuentas, amenazas de cierre, incautación de activos, intereses sustanciales y la posible declaración de insolvencia por deudas. Para aquellos que sí pueden afrontar el pago, comienza un dilatadísimo viacrucis judicial que puede durar una década, asumiendo enormes costes legales y una constante tensión financiera para, en muchos casos, recuperar un dinero que nunca debieron haber pagado.
«Luchar por la justicia te cuesta aún más.»
3. Las Cifras no Mienten: Más de la Mitad de las Reclamaciones Tienen Éxito
Más del 50% de los recursos tributarios presentados por los contribuyentes en España resultan exitosos; es decir, los tribunales dan la razón al ciudadano en más de la mitad de los casos. Lejos de ser una buena noticia, esta altísima «tasa de revocación» es la prueba definitiva de un sistema que falla de manera sistémica. Demuestra que la administración emite liquidaciones de forma industrial que sabe, o debería saber, que no son capaces de resistir un análisis judicial riguroso. Este fallo estructural, que se apoya en «procedimientos bizantinos», explica por qué España registra una de las tasas de litigación tributaria más altas de Europa y, al mismo tiempo, los tiempos de resolución más largos.
«esa tasa de revocación pone de manifiesto un sistema que sigue emitiendo liquidaciones que no resiste en un análisis judicial.»
4. La Vergüenza Externa: Cuando Tienen que Recordarnos desde Fuera lo que Está Mal
Esta denuncia no se ha publicado en un medio local, sino en el Financial Times, un diario de referencia mundial con una media de 21 millones de lectores mensuales, entre los que se encuentran inversores internacionales y profesionales altamente cualificados. La exposición de estas prácticas en un foro de este calibre daña la reputación de España como un lugar seguro para invertir. Sin embargo, la reflexión más importante no es el impacto externo, sino la interna. Lo verdaderamente preocupante es cómo una práctica tan manifiestamente injusta se ha normalizado dentro de nuestras fronteras hasta el punto de que ha tenido que ser una campaña internacional la que nos recuerde su gravedad. La reflexión no debe ser sobre la imagen que proyectamos, sino sobre la realidad que hemos aceptado.
«lo que debería sonrojarnos de esta página del financial times no es la vergüenza que podamos causar en el resto del mundo sino la vergüenza que deberíamos estar pasando nosotros mismos por no oponernos a este muy injusto procedimiento fiscal.»
Brutal. Una traducción con IA por verlo claro! pic.twitter.com/uc4EqEWo1B
— Color Vivo Internet (@colorvivo) December 7, 2025
Conclusión
Las cuatro claves expuestas en el Financial Times no son fallos aislados, sino los síntomas de una única enfermedad institucional. Pintan el retrato de un sistema de inspección fiscal cuyos incentivos y procedimientos perjudican sistemáticamente al ciudadano, premiando la recaudación por encima de la justicia y obstaculizando el derecho a la defensa. Ahora que esta realidad ha sido expuesta a nivel mundial, la pregunta ya no es si el sistema es injusto, sino cuándo se iniciará la reforma necesaria para que la justicia real prevalezca sobre la recaudación a cualquier coste.








