Al igual que cada cierto tiempo se hacen obras en una casa con el objetivo de mejorar el clima del hogar y darle un aire más actual, también puedes renovar tu despacho, y a veces, por poco dinero. Es decir, puede ser suficiente con cambiar la mesa del escritorio o algún mueble. Puedes comprar muebles a buen precio en las rebajas, o en aquellas tiendas que hacen liquidación. Existen empresas que ofrecen una excelente relación calidad-precio. Si compras en una tienda de barrio siempre pueden atenderte de una forma más individual y personalizada que si optas por una gran superficie.
A veces, puede ser suficiente con un detalle pequeño para darle un aire diferente a la oficina. Por ejemplo, un cuadro de un paisaje bonito en la pared, una fotografía familiar colocada sobre la mesa, incluso, colocada en el fondo de pantalla del ordenador… Este gesto puede reducir el estrés en momentos puntuales.
Por otra parte, también se puede cambiar el color de las paredes y optar por pintarlas en un tono diferente en base a los propios gustos y preferencias. Al igual que una persona muestra en parte su personalidad a través del modo de vestir, también se expresa a través de su ambiente de trabajo. En general, un despacho debe de transmitir orden, armonía y equilibrio. También luz y amplitud. No se trata de que sea grande sino de lograr aprovechar el espacio de la mejor forma posible para poder personalizar tu ambiente de trabajo. Toma ideas sobre decoración gracias a las revistas de muebles y pide ideas a algunos colegas de profesión. Por otra parte, es importante apostar por muebles que más allá de que sean actuales, no pasen de moda en unos pocos años. Así puedes aprovechar la inversión.
Imagen: Trino Abadía