Siento desilusionar a quienes creían que no íbamos a comentar el asunto del día, no la pandemia o las previsiones del Gobierno, el fichaje de Cristiano Ronaldo por parte del Real Madrid a cambio de 80 millones de libras esterlinas (más exacto que trasladarlo a euros). Pero es que la cosa da para mucha reflexión al compás de los comentarios y comparaciones que se están haciendo del fichaje futbolístico más caro de la historia.
Se dice que CR7, como también se le conoce, vale más que su peso en oro. Esto querría decir que el talento, aún el deportivo, vale más que lo material pese a ser un metal precioso. Lástima que sólo se valore este tipo de talento.
Hay quien comenta que es caro o que es barato. Depende. Si su club recupera la inversión o incluso la supera saldrá barato, en caso contrario caro. Las cifras son siempre relativas como subjetivas son las categorías caro-barato.
Se compara también la cantidad pagada, junto a la desembolsada por Kaká (63 millones de euros) con los presupuestos de tres instituciones culturales de primer nivel, El Prado, Reina Sofía y Biblioteca Nacional. Podríamos concluir que si el fichaje de CR7 y Kaká es caro, también lo son estos tres presupuestos juntos. O bien que el ocio puro del deporte genera casi tantos recursos como el ocio cultural.
Clamar contra estas operaciones, sin embargo, no tiene mucho sentido: si Florentino Pérez cree que es bueno, ha estudiado la viabilidad y consigue la financiación no veo por qué no puede ser una operación como cualquier otra. Algunos pagan millones de euros por un nombre, una marca o incluso un dominio de internet sin que se vea muy claro que sean algo más que humo.
Otra cosa es que, deportivamente, convenga o sea rentable. Pero esa historia os la pueden aclarar mejor en Diario Deporte, Crono Deporte o Fútbol de Segunda. Que ellos sí que saben de eso.
Foto Paolo Camera