Cuestiones de Economía (II)

cuestiones economia 2

En primer lugar agraderos de nuevo que hayáis participado en esta nueva cuestión planteada. Han participado 27 votantes en total que han emitido 57 votos en la proporción que os reflejamos en la imagen. Esto significa, y es la primera conclusión, que no todos los votantes han apurado las tres opciones que como máximo se podían elegir. Decía el general chino Sun Tzu que antes de ir a la batalla hay que tenerla ganada, es decir, que la planificación previa de un proyecto lo es casi todo. La primera duda era saber si gastarse o no todo el presupuesto, que daba para comprar tres objetos, y observo con satisfacción que no ha se ha apurado totalmente el dinero disponible en todos los casos.

Puede parecer un detalle lateral pero se da muchas veces en nuestra vida diaria: no planificar bien las compras cuando vamos al supermercado conlleva gastar en exceso y de ello se suelen aprovechar los establecimientos. Por eso siempre hay menos empleados en las cajas que cajas disponibles (generando colas voluntariamente) y junto a ellas se colocan objetos de pequeño valor relativo (chicles, caramelos, cuchillas de afeitar,…) que tientan al comprador compulsivo o a los niños (siempre impacientes).

Respecto a los objetos elegidos en sí creo que las principales opciones han sido expuestas en los comentarios. Sorprende la amplia aceptación del agua embotellada tratándose del Polo Norte con grandes reservas de agua en forma de hielo y nieve que podríamos derretir con el camping gas si tuviéramos cazuelas y sal. Estos dos objetos son sustitutos perfectos del agua embotellada, pesan menos y tienen más utilidades. La opción del agua marina hay que descartarla salvo que se barrenen decenas de metros de hielo y suponiendo que el agua directa del mar sea tolerable por el cuerpo humano.

También se ha dicho con razón que la brújula no es válida en el Polo Norte y es cierto. Lo mismo podría decirse de los útiles para construir una cabaña: ni se puede construir ni creo que se tuviera el tiempo suficiente como para llegar a tiempo a la reunión de empresa.

Por descarte quizá lo más razonable hubiera sido adquirir sólo las cazuelas y la sal quedando los regalos como signo de comportamiento compulsivo. En todo caso no se trata tanto de qué objetos son o no los correctos sino el razonamiento que cada cual ha seguido para llegar a su propia conclusión y las consecuencias de la misma.

Esperamos que os haya parecido interesante esta cuestión.

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