Didac Lee y los viejos lamentos

absentismo.jpg¿Cuál es la realidad social española, con crisis o sin ella?. Supongo que bastante compleja como bien se desprende del hecho que supone que un país pueda enviar a Rodolfo Chikilicuatre y ganar la Eurocopa en poco tiempo. Dos caras de la misma moneda. Abundando en ello, si a alguien le dicen que el Ejército está para acudir donde le manden sus superiores no creo que se extrañe salvo si es en España y perteneces al cuerpo de medicina de Defensa. Pero tampoco nos asustemos, a pesar de ello somos la 8ª potencia económica del mundo (más o menos).

Pero no nos engañemos, somos hijos de nuestra propia sociedad a la que hemos contribuido a crear, con sus cosas buenas y malas, por lo que quejarse simplemente no basta. Viene esto a propósito de un artículo de Didac Lee en El Periódico sobre la crisis, del que se hacen eco otros respetados gurús como Carlos Blanco o Angel María. Alude Didac a necesidad de dignificar la labor del empresario y emprendedor (junto a otras razonables pero nada novedosas propuestas) como medio para salir mejor de la crisis. Suena a antiguo aunque tenga razón.

La evidencia y los estudios demuestran que en España se prefiere ser funcionario a ser empresario. Es una realidad que seguramente se pueda cambiar a base de años y pedagogía que, como no, debería empezar por el propio tejido empresarial, dignificándose ante los trabajadores y de ahí a la opinión pública, dejando el hermetismo, abriéndose al fracaso quizá. Y si sólo valemos para que nos manden sólo cabe esperar que quien lo haga sea, al menos, bueno.

Y se pregunta el autor cómo es posible que cause mayor impacto el asunto del gurmet de El Bulli que el que una empresa de aquí haga su presentación junto a Steve Jobs. El remedio para que eso no ocurra está inventado y se llama lobby, grupo de presión, estar cerca de los poderes (la prensa es el cuarto). Muy posiblemente hace falta invertir más en esa labor sucia pero necesaria que en ferias, congresos y concursos.

Menos networking y más lobby. Vamos, digo yo.

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