La economía de los hogares españoles parece haber recuperado su confianza de cara a la próxima Semana Santa, según destaca un reciente estudio realizado por Intrum. El Informe Europeo de Pagos de Consumidores revela que más de la mitad de los españoles, un 55%, se considera económicamente seguro para cubrir los gastos relacionados con las vacaciones y experiencias premium, como asistir a eventos culturales y conciertos. España se posiciona así en el tercer puesto de Europa en términos de capacidad financiera para el ocio, solo por detrás de Irlanda, con un 61%, y Países Bajos, con un 59%. Este dato resulta significativo en comparación con la media europea, situada en un 46%.
El aumento en la confianza económica también se refleja en el gasto turístico. Aunque el número de viajes ha experimentado un ligero descenso del 0,8% este año, el gasto ha crecido un 5,4%. Esto indica que, a pesar de viajar menos, los españoles están dispuestos a gastar más dinero en sus vacaciones. La Confederación Española de Agencias de Viajes anticipa un incremento en las reservas de entre un 10% y un 15% durante la Semana Santa en comparación con el año pasado, lo que refuerza la percepción de un panorama positivo respecto a la capacidad económica para el ocio.
El informe de Intrum pone de manifiesto, además, las diferencias generacionales en cuanto a la confianza en el gasto. Los Millennials encabezan esta lista, con un 63% confiando en su capacidad para gastar en vacaciones y experiencias. Les siguen de cerca la Generación Z, con un 61%. Por su parte, la Generación X presenta un 52% y los Boomers un 46%. Estos datos sugieren un cambio en las prioridades de consumo, donde las generaciones más jóvenes tienden a enfocarse en la gratificación inmediata y el disfrute de experiencias, mientras que los mayores prefieren mantener una actitud más conservadora, centrada en el ahorro.
En este contexto, Intrum subraya la importancia de gestionar adecuadamente las finanzas durante las vacaciones. Recomienda establecer un presupuesto claro y realista, evitar financiar las vacaciones sin una planificación previa, adoptar una actitud consciente hacia el consumo y evaluar los gastos después del viaje. Estas prácticas resultan esenciales para disfrutar de unas vacaciones gratificantes sin poner en riesgo la estabilidad económica a largo plazo.