A estas alturas y resulta cansado explicar la ecuación: con altos índices de paro es imposible reactivar el consumo; sin consumo, no hay sustentabilidad empresarial, y mucho menos un crecimiento en las empresas que les permita crecer al punto de producir empleo, lo que no sólo mantiene las cifras del paro: además, destruye más empleo con la caída de las empresas.
Ante la falta de consumo, la salida para que las empresas crezcan no pasa por la flexibilidad laboral (que sólo permite la destrucción de plazas que no se renuevan), sino el financiamiento a las empresas, que les permita apuntalar sus procesos productivos; y el crédito a autónomos y familias, de quienes proceden el 80% de las nuevas empresas, y más de un 40% del nuevo empleo.
Sin embargo, hay una pieza que no acaba de encajar, y esa son las instituciones financieras: según reporta la prensa, 1 de cada 3 solicitudes de crédito destinados a empresas o proyectos productivos se encuentra con una negativa en España. Bancos y Cajas no se la juegan por nadie.
Mal y tarde ha entendido la banca española la necesidad de requisitos a lupa y garantías a torrente. Pero, de no abrir el cauce de la financiación, pronto no quedará a quien ofrecerla…
Fuente | La Crónica de León