El trabajo es una fuente de motivación para el ser humano, de hecho, cualquier persona se siente mejor consigo misma cuando consigue realizar su vocación. Sin embargo, no siempre es fácil lograr tal objetivo, especialmente, en un tiempo de crisis económica donde muchas personas realizan una función que requiere de una preparación inferior a sus cualidades. De hecho, hoy día muchos candidatos muestran un exceso de formación mientras están a la espera de poder obtener una oportunidad laboral importante.
Lo cierto es que son muchos los trabajadores que padecen el síndrome del trabajador quemado. Un síndrome que se convierte en un verdadero problema cuando se arrastra a lo largo de los meses e incluso de los años. En este caso, el trabajador se siente desmotivado, siente una enorme apatía en la jornada diaria, no encuenta un sentido profundo a la labor que realiza, se siente víctima de un sistema social del que no sabe cómo salir. Puesto que el trabajador siente que no depende de su voluntad sentirse mejor. Es decir, no puede poner punto y final a la rueda de la negatividad.
El primer paso para poder superar el síndrome del trabajador quemado es reconocer el problema y querer superarlo. En algunas ocasiones, la solución puede pasar por un cambio de empleo, o también, por un tiempo alejado de la actividad laboral. Puedes tomarte unos meses para disfrutar de la vida y realizar otro tipo de planes, por ejemplo, viajar, realizar actividades de voluntariado, volver a estudiar o descansar.
Pero en otros casos, el trabajador debe buscar una fuente de motivación en medio de la rutina diaria para compensar la falta de motivación que siente en el entorno laboral. Cualquier placer es un remedio para superar toda tristeza, por tanto, cada trabajador debe descubrir cuál es su fuente de placer en el día a día ya sea dentro o fuera del entorno laboral.
Imagen: Diez Minutos