Elon Musk ha anunciado su decisión de trasladar las sedes de X Corp. y SpaceX de California a Texas, citando su descontento con una nueva ley californiana que prohíbe a las escuelas notificar a las familias sobre cambios de identidad de género de los estudiantes. Musk declaró que la sede de X se mudará a Austin, mientras que la de SpaceX se trasladará a Starbase, cerca de Brownsville, Texas.
La firma JLL confirmó que la mayoría del espacio de oficinas de X en San Francisco, de más de 75.000 metros cuadrados en Market Street, estará disponible para subarrendar. Este movimiento marca un nuevo capítulo en la relación de Musk con California, que ha sido tensa desde su compra de Twitter en 2022 y los consecuentes despidos masivos de empleados.
El anuncio de Musk siguió a la firma de la ley AB1955 por el gobernador de California, Gavin Newsom. Musk expresó su frustración con la ley, calificándola como la «gota que colma el vaso» y sugirió que este tipo de legislaciones obligan a las empresas y familias a abandonar el estado.
El senador estatal Scott Wiener criticó la decisión de Musk, recordando que California ha sido fundamental para el crecimiento de sus empresas mediante subsidios. A pesar de la mudanza de las sedes, Tesla, otra de las empresas de Musk, sigue teniendo una importante presencia en Palo Alto.
La alcaldesa de San Francisco, London Breed, no ha comentado sobre la mudanza, aunque su administración ha estado trabajando en revitalizar el centro de la ciudad y mejorar el entorno para los negocios. La salida de X representa un golpe significativo para el área de Mid-Market, que ya enfrenta altos índices de vacantes y problemas de seguridad.
Musk ha tenido una relación problemática con San Francisco, incluyendo demandas por impago de alquiler y modificaciones no autorizadas en las oficinas de X. La mudanza a Texas parece ser un reflejo de sus frustraciones con la política y el ambiente de negocios en California.