Cada vez son más las entidades financieras que cuentan con un volumen de activos inmobiliarios demasiado altos.
Esto ha atraído a muchos inversores que se encuentran fase de observación y análisis de oportunidades, buscando quedarse con la cartera de morosos para usufructuarla en provecho propio.
De esta forma algunas carteras que hace unos 3 años estaban valuadas en 300.000 euros ahora no llegan a un 20% en este tipo de operaciones.
A veces sucede que los lotes tienen precios tan pequeños que muchos fondos no pueden ni operar en sus rangos de inversión y necesitan o meter más inmuebles en el lote o buscar inversores privados que quieran adquirir lotes a precios completamente por los suelos.
Muchos son los fondos que tienen pensado ingresar al mercado, pero por ahora la tendencia es a esperar un poco más a ver si los lotes bajan aún más su precio o si simplemente se estabilizan.
La disyuntiva es que muchas veces las oportunidades pasan una sola vez, por lo que los fondos no podrán demasiado tiempo como para esperar. Siempre es mejor negociar a la baja que esperar a que se toque fondo y luego se empiece a subir.