España Culmina 2024 con un Fuerte Crecimiento, pero la Productividad se Desploma según Unidema Research

Silvia Pastor

El último informe de Unidema Research, liderado por la economista Beatriz Tejada, arroja un panorama mixto para la economía española al cierre de 2024. A pesar de un entorno de debilidad general en la Eurozona, con Alemania enfrentando retrocesos y un contexto internacional incierto, España ha logrado un notable crecimiento interanual del 3,5% en su Producto Interior Bruto (PIB). Este crecimiento ha sido sostenido principalmente por un aumento en el consumo privado y un auge en la inversión empresarial.

La creación de empleo en el país ha alcanzado cifras históricas, con 468.100 nuevos puestos de trabajo, lo que eleva el número total de afiliados a la Seguridad Social a 21,9 millones. La tasa de desempleo se redujo a un esperanzador 10,6%. Sin embargo, el informe advierte sobre una posible insostenibilidad del crecimiento actual, con proyecciones que indican una moderación económica, situando el crecimiento esperado entre el 2,5% y el 3% para 2025.

Un motivo de preocupación destacado por los expertos es la desaceleración en la productividad laboral, que apenas registró un aumento del 0,85%. Esta brecha entre el crecimiento del empleo y la productividad podría amenazar la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo y la competitividad de España en el escenario internacional. Según Tejada, aunque la rápida generación de empleo es destacable, la falta de un incremento proporcional en la productividad podría convertirse en una «arma de doble filo».

El sector servicios, especialmente en las áreas de transporte y hostelería, ha sido un motor clave del crecimiento, mientras que la inversión en construcción muestra debilidad pese a un incremento general del 2,8% en la inversión empresarial de un trimestre al siguiente. La demanda interna ha sido crucial, aportando 3,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB, en contraste con la demanda externa, que ha permanecido casi inactiva.

Positivamente, la inflación ha desacelerado, cerrando el año en un 2,8%, con los precios de los alimentos subiendo solo un 1,8%. Esta moderación en el costo de vida ha permitido recuperar el poder adquisitivo de los consumidores, con un aumento del 8,2% en la renta bruta disponible. Sin embargo, los expertos advierten que la eliminación de ciertas medidas gubernamentales para controlar los precios podría generar incertidumbre en 2025, especialmente si los precios de los carburantes y la energía vuelven a incrementarse.

De cara al futuro, el informe sugiere que si bien el empleo probablemente seguirá creciendo, la persistente debilidad en la productividad podría limitar la competitividad de las empresas españolas en un entorno global cada vez más exigente.

A nivel internacional, mientras la Eurozona enfrenta varios desafíos, otras regiones como América Latina y Estados Unidos muestran perspectivas de crecimiento. Las economías latinoamericanas, por ejemplo, lograron un crecimiento notable en 2024 gracias a la desaceleración de la inflación y un consumo robusto. Incluso Argentina, a pesar de sus dificultades económicas y un drástico plan de ajuste, consiguió reducir su inflación significativamente.

En tanto, Estados Unidos experimentó un año de fortaleza económica con crecimientos sólidos y una tasa de desempleo cerca de mínimos históricos. La inflación en EE.UU. se ha encaminado hacia el objetivo del 2%, aportando estabilidad macroeconómica y abriendo oportunidades para España en términos de inversión extranjera y turismo. Sin embargo, este crecimiento también plantea retos en cuanto a la competencia comercial e importaciones en un mercado cada vez más competitivo.

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