El Gobierno de España liderado por Pedro Sánchez ha anunciado una de las medidas fiscales más ambiciosas (y polémicas) de los últimos tiempos: una subida de impuestos que busca recaudar hasta 60.000 millones de euros adicionales. Esta cantidad supone uno de los mayores incrementos fiscales en la historia de España y está generando un intenso debate sobre sus implicaciones económicas y sociales.
Para ponerlo en perspectiva, 60.000 millones de euros equivalen a todo el presupuesto anual en educación del Estado, o cuatro veces el gasto en defensa. Es también el triple del dinero destinado a las prestaciones por desempleo. Este esfuerzo fiscal representaría un aumento del 4% del PIB en recaudación, una cifra nunca vista en la democracia española.
El Contexto: Comparaciones con Gobiernos Anteriores
A modo de comparación, el gobierno de Mariano Rajoy, conocido por sus duras medidas fiscales durante la crisis económica, incrementó los ingresos en 3,1 puntos porcentuales del PIB durante toda su legislatura. Esto incluyó subidas del IVA del 18% al 21% y aumentos en los tramos del IRPF. Sánchez, sin embargo, pretende alcanzar un incremento aún mayor, llegando a 7 puntos del PIB si logra cumplir su objetivo.
¿Por qué un salto tan drástico? El Gobierno justifica esta subida en la necesidad de alinearse con la media de presión fiscal de la Unión Europea. En términos porcentuales, España recauda menos que otros países del bloque, y esta diferencia es utilizada como argumento para justificar la mayor carga impositiva.
Los Fondos Next Generation y el Déficit
Sin embargo, hay un trasfondo que no puede ignorarse: los Fondos Next Generation. Tras la pandemia, España recibió una cantidad significativa de dinero de la Unión Europea, destinada a financiar la recuperación económica. Estos fondos debían emplearse en proyectos de digitalización, transición energética y reformas estructurales. Sin embargo, múltiples críticas señalan que gran parte de este dinero ha sido malgastado en proyectos innecesarios o mal ejecutados.
Por ejemplo, iniciativas como el conocido «Pajaporte» (una aplicación financiada para fomentar el «autoamor») o la construcción de infraestructuras redundantes han levantado sospechas sobre la eficacia en el uso de los fondos. Este despilfarro ha agravado el problema del déficit público, forzando al Gobierno a implementar ajustes para equilibrar las cuentas. Y esos ajustes, en este caso, llegarán en forma de una histórica subida de impuestos.
¿Qué Impuestos Subirán?
Aunque el Gobierno no ha especificado todos los detalles, varias medidas fiscales están ya sobre la mesa:
- IVA: La Comisión Europea ha recomendado aumentar el IVA en productos básicos. Aunque España tiene un IVA relativamente bajo en comparación con otros países europeos, una subida afectaría directamente a las clases medias y bajas.
- Impuestos a la vivienda: Se han propuesto mayores gravámenes para viviendas turísticas y vacías, además de limitar deducciones fiscales en alquileres.
- Impuesto solidario a las herencias: Se estudia implementar un tributo estatal adicional que complemente al ya existente impuesto de sucesiones, eliminando las ventajas fiscales autonómicas.
- Impuestos medioambientales: Un aumento en los tributos al consumo de gasolina y otros productos contaminantes parece inminente, lo que incrementará los costes de transporte y energía.
Además, los llamados impuestos temporales a la banca y las energéticas, que inicialmente iban a durar solo tres años, podrían convertirse en permanentes. Sin embargo, estas medidas solo aportarían una pequeña fracción del total: se estima que recaudarían alrededor de 2.000 millones, dejando el grueso de la carga fiscal en manos de otros sectores.
El Debate: ¿Es Necesaria Esta Subida?
La subida fiscal plantea interrogantes sobre su impacto en la economía y la sociedad. Por un lado, algunos argumentan que España debe equipararse a los niveles de presión fiscal de países como Dinamarca. Sin embargo, hay diferencias importantes que matizar:
- Nivel de riqueza: Países con mayores impuestos suelen tener ingresos per cápita más altos. España, con un nivel de riqueza inferior, podría ver cómo los impuestos erosionan aún más el poder adquisitivo de los ciudadanos.
- Estructura impositiva: Mientras que otros países europeos tienen sistemas fiscales que favorecen la contratación laboral y el emprendimiento, España penaliza estos sectores con cargas impositivas elevadas.
- Desigualdad en la carga fiscal: Los impuestos como el IVA afectan de manera desproporcionada a las clases medias y bajas, mientras que los impuestos dirigidos a las grandes fortunas y corporaciones generan menos ingresos debido al reducido número de contribuyentes.
El Sistema de Pensiones: El Verdadero Problema
Uno de los mayores motores de este aumento impositivo es el creciente coste del sistema de pensiones. España destina cada vez más recursos a este ámbito, y el gasto seguirá aumentando en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población y a las subidas anuales de las pensiones. Solo entre 2022 y 2023, el gasto en pensiones aumentó en 12.000 millones de euros.
El sistema actual, basado en un modelo de reparto, está en una situación insostenible a largo plazo. Sin reformas estructurales, las opciones serán recortar las pensiones o seguir subiendo los impuestos.
Conclusión
La mayor subida fiscal de la historia de España llega en un momento de gran incertidumbre económica. Aunque el Gobierno argumenta que estas medidas son necesarias para estabilizar las cuentas públicas y modernizar el país, los ciudadanos enfrentarán un aumento significativo en su carga impositiva, lo que podría afectar al consumo, la inversión y el empleo.
El debate sobre si España debe igualar su presión fiscal a la media europea o buscar alternativas menos gravosas seguirá siendo central en los próximos meses. Lo que es seguro es que, mientras se intenta tapar el agujero del déficit, el bolsillo de los españoles será el principal afectado.