Después de años de incertidumbre, España recibe una noticia económica alentadora: la inversión en el país ha logrado recuperarse, alcanzando los niveles previos a la pandemia. Esta recuperación no solo es un indicativo positivo para la macroeconomía, sino que trae consigo implicaciones directas para aquellos que se encuentran ahorrando a largo plazo o tienen planes de pensiones en activo.
No se trata únicamente de grandes fondos o corporaciones realizando inversiones millonarias. La dinámica del movimiento de dinero en el país revela oportunidades para individuos que están planificando su futuro, incluso cuando la jubilación parezca estar en un horizonte lejano. Según datos recientes, el año 2024 vio un crecimiento de la inversión bruta en un 2,1%, superando las cifras previas a la crisis sanitaria global, con una inversión superior a los 306.000 millones de euros. Aunque hay que destacar que, mientras la inversión pública lideró este avance con un incremento del 5,9%, la inversión privada aún no ha alcanzado los mismos niveles, quedando un 3,5% por debajo del año 2019.
Este repunte en la inversión es una señal prometedora, ya que activa los mercados, fomenta el empleo y genera nuevas oportunidades en diversas áreas, desde planes de pensiones hasta fondos de inversión y ahorro sistemático. Estas opciones cobran mayor sentido en un contexto de crecimiento económico, aunque este sea moderado.
A partir de enero de 2025, entra en vigor una normativa que permite el rescate de aportaciones a planes de pensiones con más de 10 años de antigüedad, una oportunidad que pone en manos de los ahorradores la posibilidad de acceder a sus fondos. Sin embargo, antes de tomar decisiones precipitadas, es importante considerar las implicaciones fiscales de tal acción y evaluar la necesidad real de estos recursos en el presente versus los beneficios de mantenerlos a largo plazo.
En este contexto de recuperación económica, podría ser un momento estratégico para revisar o incluso iniciar un plan de pensiones, considerando las nuevas opciones disponibles en el mercado que ofrecen mayor flexibilidad, menores comisiones y están adaptadas a diferentes perfiles de riesgo. No es necesario ser un experto financiero para comenzar a planificar la jubilación; es suficiente con tener la voluntad de hacerlo.