Hacienda y la larga cola

absurdo

Se está incrementando la presión de la Agencia Tributaria sobre los contribuyentes a base de revisiones e inspecciones como muy bien se puede apreciar por las noticias que vienen saltando en este sentido y por la propia experiencia.

Sin embargo estas actuaciones se están centrando sobre los contribuyentes en sentido estricto, es decir, a partir de aquellos sujetos que están presentes en el tráfico mercantil y no sobre la economía subyacente o sumergida. Digamos que Hacienda está accediendo a la larga cola, «long tail», picando a cada sujeto pasivo para sacarles en algunos casos pequeñas cantidades con los que ir maquillando la recaudación hasta que entre en vigor la subida del IVA allá por julio.

Evidentemente esta forma de actuar tiene la ventaja de que es relativamente fácil pillar el pequeño fraude, el menudeo, y es que la Agencia Tributaria no tiene suficientes recursos personales como iniciar el verdadero ataque contra la evasión fiscal importante.

El pero es que desincentiva la actividad mucho más que el aumento impositivo ya que los costes fiscales indirectos se elevan y se incentiva la «imaginación fiscal» para intentar escapar de esta pequeña ratonera. Si a ello le sumamos que el país, en genral, tiene bastante «mala baba» no sería de extrañar que la recuadación siguiese deprimiéndose.

El margen que existe entre la caída de la actividad real y la de los imgresos impositivos no viene tanto por esas deducciones mal practicadas como por todo lo que se ha sumergido. Y a ésto es a lo que hay que aflorar y no intentar sacarles 150 euros más a quienes están ya contribuyendo.

Poco o mucho pero algo.

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