Impuestos, muchos sí, complejos también pero lo de altos hay que verlo

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Aparece un artículo en Cinco Días sobre la imposición en España y aunque está muy recortado sí se pueden sacar conclusiones interesantes. La primera es que el titular no tiene nada que ver con el cuerpo de la noticia pero es algo que viene siendo habitual y no nos vamos a escandalizar.

La segunda conclusión proviene de la impresión que da saber que aquí la presión impositiva es alta si se suman cotizaciones sociales e impuestos que gravan la actividad. Un 60% sobre los beneficios no es nada desdeñable pero tiene trampa al considerar beneficio el resultado de explotación o margen bruto descontando los salarios. ¿Es que las empresas podrían funcionar sin personal?, hay empresas como Telefónica que creen que sí pero esperemos que no se extienda esta idea.

Si se presentaran las cifras tal cual son y se considera beneficio a lo que realmente debe ser, el cálculo ya no es igual y seguramente los porcentajes tampoco serían alarmantes. El peligro de estos recortes en la prensa es que crean sensaciones inapropiadas.

Lo relevante, y ya lo hemos comentado muchas veces, no es tanto la cantidad de impuestos que se pagan como lo que se percibe por ellos. Los precios, y la imposición también lo es, son relativos y hay que ponerlos en relación a lo que conseguimos por la cantidad que desembolsamos. Para algunos un iPhone es barato cueste lo que cueste, para mí es caro salvo que me sea regalado. Cuestión de preferencias.

Si los nuevos aires van por el camino de disminuir la presión impositiva sin ton ni son quizá nos encontremos con problemas inesperados a la vuelta de la esquina y es que el Estado se quede sin capacidad de reacción anticíclica por ejemplo. Lo que agrabará las crisis que llegarán después de ésta.

Es un debate perenne, lo cual es bueno.

Enlace: Cinco Dias.

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