Incentivos a más vida laboral

jubilados.jpegHay varias formas de conseguir un objetivo incluso desde el punto de vista administrativo. Se puede optar por la penalización de comportamientos o bien por el incentivo, sin descartar la mezcla entre ambas cosas.

En cuanto al sistema de cobertura social por pensiones se ha recurrido frecuentemente al primer método, es decir, a recortar prestaciones por vía directa, cantidades, o por vía indirecta, extensión del período de cotización efectivo antes de tener derecho junto a la existencia de penalizaciones si se adelantaba la jubilación aunque ésta procediera de planes de pre-jubilazión de las empresas aprobados por la Administración.

Sin embargo, la experiencia ha venido demostrando que si sólo se acude a las medidas «negativas» para mantener saneada la caja de la Seguridad Social, se produce la desmotivación de la fuerza trabajadora (pesa mucho esa idea de que las nuevas generaciones no van a cobrar pensión) con el consiguiente efecto negativo sobre el crecimiento económico general y el aumento significativo del fraude. Lo que se gana por un lado se pierde por otro.

Nunca conviene dejar la solución de los problemas a una única tipología de soluciones pues nos ataríamos las manos para encauzar nuevas medidas si las anteriores no funcionan. Mezclando los ajustes, basados en parámetros objetivos y sin olvidar que tratamos derechos y no sólo inversiones, con los incentivos adecuados se tocan todos los palos que actúan en un sector o actividad económica de tan alta importancia.

Por eso me parece muy positiva la Ley de Medidas en materia de Seguridad Social que acaba de aprobar el Congreso y que entrará en vigor a 1 de enero de 2008. Se aumenta de manera efectiva el período a cotizar hasta los 15 años mientras se incentiva la prolongación de la vida laboral más allá de los 65 años para los ciudadanos al tiempo que se profundiza en más derechos para nuevos sectores sociales.

Y, encima, van a reconocer la mili como cotización. Miel sobre hojuelas.

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