«Un placer orgásmico«, describe Jêrome Kerviel la sensación que le produjo su primer ganancia jugosa (500.000 euros) tras apostar por la baja de las aseguradoras tras los atentados en el metro de Londres durabte el 2005. Sólo fue el primer paso en la carrera de este joven y promisorio trader que intercambiaba 40.000 euros en un día normal, y cuya manipulación de los estados contables, archivos y ordenadores del banco francés Société Générale para cubrir sus pérdidas ha devenido en un fraude histórico por 49.000 millones.
Kerviel asegura que todo mundo estaba al corriente de sus acciones, de su invertir en contra del sentido de la realidad arriesgando un capital de 50.000 millones de euros en sus cinco años de carrera apostando por títulos variopintos, y sumando pérdidas por 4.900 millones. De hecho, el fraude que realizó (alterando los informes, bases de datos y monto y naturaleza de las operaciones) no fue para robar dinero, sino para cubrir sus pérdidas y seguir como el favorito de sus clientes.
Tanto es así que al descubrirse la alteración, no fue despedido de inmediato, y antes de irse caminando en libertad (su juicio será e el 2010) fue obligado a cerrar las operaciones que manternía para no producir más pérdidas.
Hace un tiempo se hablaba sobre el peso del miedo y el pánico en las cotizaciones. Kerviel nos demuestra otro factor a considerar: la adrenalina como un elemento más en la conversión de la Bolsa en una ruleta rusa…
Fuente | El País