La confusión de los tipos

inflacion3.jpgDespués de prometer la exención impositiva a quienes ganaran menos de 16.000 euros al año, parece que la máquina electoral del Partido Popular quiere hincar el diente en el Impuesto de Sociedades haciendo la promesa de dejarlo en el 25-20% desde el 30-25% actual (según se sea o no pyme). Como siempre y aludiendo a la archiconocida curva de Laffer, la pérdida de recaudación (5.000 millones a grosso modo) se compensaría con una mayor actividad económica lo que aumentaría, incluso, los ingresos tributarios.

Sigo sin verlo claro la verdad entre otras cosas porque nadie garantiza que los fondos liberados se destinen a algo más productivo que el mero consumo, uno de los monocultivos que nos llevarán al batacazo. Pero mi reflexión va por otro lado.

Si el tipo fiscal de las pequeñas y medianas empresas se situara en el 20% entonces se igualaría al porcentaje actual aplicable a los empresarios que tributan mediante la modalidad de Estimación Directa en sus pagos fraccionados a cuenta. A efectos prácticos iniciales tanto daría estar de una forma o de otra, societaria o individual, con el añadido de que las entidades mercantiles gozan de la protección que les proporciona su apariencia en cuanto a responsabilidades más el valor añadido inmaterial de que una sociedad «parece más seria».

En este supuesto no sería descabellado derivar, a partir de cierto nivel de facturación claro, a empresarios individuales autónomos a una forma mercantil que ofrece bastantes ventajas y una tributación «inicial» idéntica. Digo inicial porque en Estimación Directa lo que se hace son pagos a cuenta de la liquidación definitiva que no es otra que la Declaración de la Renta.

Pero los costes de gestión y administración de una empresa con forma societaria son mucho mayores a las de un empresario individual en otras modalidades al tiempo que las obligaciones fiscales y mercantiles se multiplican lo que debería desincentivar las tentaciones poco reflexionadas. Pero es que con tanta rebaja sin calibrar no nos damos cuenta que una medida así empuja a todas las figuras impositivas puede dar lugar a confusiones.

Para otro día dejamos la justificación de reducciones de este tipo en comparación o competencia con otros países. Tampoco me convence, qué le vamos a hacer.

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