La desigualdad entre los jóvenes con formación superior y aquellos con un nivel básico de educación continúa en aumento, según un reporte presentado por el Observatorio Social de la Fundación «la Caixa». Este estudio, que abarca las últimas dos décadas, destaca que la brecha en las tasas de empleo entre estos dos grupos se ha expandido en ocho puntos, llegando a un 19%. Las conclusiones de este documento resaltan que la educación universitaria es aún un fuerte catalizador para la movilidad social, a pesar de las crecientes preocupaciones alrededor de la sobrecualificación y la escasez de personal calificado a nivel intermedio.
Detallando la situación laboral, el informe se apoya en datos de Eurostat y la OCDE del año 2021, mostrando que el 78,2% de los jóvenes de entre 25 y 34 años con estudios superiores tiene empleo, frente al 59,2% de aquellos con formación de Primaria o ESO. Este incremento en la diferencia se compara con las cifras de 2001, donde se ve un cambio significativo en las tasas de empleo para ambos grupos. Además, se apunta a una preocupante tendencia de alta temporalidad en el empleo entre los jóvenes, con una tasa que supera ampliamente el promedio europeo, aunque con una notable reducción gracias a las últimas reformas laborales.
El aspecto social de los jóvenes españoles también fue analizado, indicando que, a pesar de enfrentar desafíos económicos y laborales, estos jóvenes mantienen un fuerte vínculo con sus familias, siendo esta la relación más solidaria en comparación con otros jóvenes de la Unión Europea. Sin embargo, el informe resalta el aislamiento social que afecta, en particular, a los jóvenes de origen extranjero y aquellos en situación vulnerable.
Finalmente, el informe hace un llamado a la acción, enfatizando la necesidad de implementar políticas públicas que atiendan estas brechas educativas y laborales. La promoción de calificaciones intermedias, la reducción de la temporalidad en el empleo juvenil y el fortalecimiento del apoyo social a los jóvenes son señalados como pasos fundamentales para abordar los retos planteados. Este análisis proporciona una perspectiva integral de los desafíos que enfrenta la juventud española, destacando la importancia de una respuesta decidida por parte del Estado y el sector educativo para garantizar un futuro más equitativo y prometedor para todos los jóvenes.