La pirámide de Maslow

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Una de las teorías sobre la motivación que, si bien no todos llegan a conocer por su nombre, sí lo hacen por lo que entraña en ella, es la teoría de la motivación de Maslow, también definida como la pirámide de Maslow.

Esta teoría es la más aplicada a la hora de motivar a los trabajadores y la primera por la cual los empresarios se dejan «asesorar» debido a que es la más fácil de comprender y de aplicar en la empresa (aunque los resultados dependan en este sentido de cómo se aplique).

Según la teoría de Maslow el hombre divide su motivación en una serie de necesidades, algunas de primera necesidad, otras más difíciles de satisfacer.

En la base de esa pirámide estarían las necesidades fisiológicas que son las más básicas y las que todos necesitamos. Nos referimos por ejemplo a comer, respirar, descansar, dormir, jugar. Es como si se abarcase las necesidades primarias de todo ser humano.

Un escalón más arriba estarían las necesidades de seguridad y protección. Toda persona ha de sentirse protegido y seguro en el trabajo y si éstas necesidades no están satisfechas el trabajador comienza a tener dudas y a buscar trabajo por otro sitio por si llega a ser despedido, cosa que quizás no tenemos en mente pero si no se lo demostramos el trabajador se asusta.

Estas necesidades no son solo en cuanto a seguridad en el trabajo sino también en la salud y en su propiedad privada, es decir, en cuidar al trabajador cuando realiza el trabajo y en respetar sus cosas.

Si seguimos subiendo en la pirámide nos encontramos con las necesidades de afiliación y afecto. Éstas están relacionadas con los «sentimientos» de la persona, es decir, se necesita satisfacer la participación, aceptación etc. de esa persona, saber que es aceptado tal y como es y, si no querido, al menos respetado en la empresa.

Estas necesidades van muy unidas a las siguientes, las necesidades de estima, divididas por Maslow en dos, las bajas, que se refieren a los demás, a ser reconocidos y aclamados por los demás, y las altas, a uno mismo (confianza, libertad, etc.).

Y, en el último nivel, en la cima de la pirámide tendríamos las necesidades de autorrealización, es decir, cuando la persona está satisfecha con todo lo que ha hecho.

Este último nivel no se alcanza hasta que todos los niveles inferiores son alcanzados y, si en algún momento uno falla, entonces también falla éste.

Como empresario puedes usar esta pirámide para analizar la motivación de tus trabajadores y ver en qué estado están. De esta forma, si puedes mejorar esa motivación, te será más fácil saber dónde piensan ellos que hay carencias para paliarlas.

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