En la actualidad, son muchos los empleados que realizan algún curso de organización del tiempo. Sin embargo, no sólo hay que organizar el tiempo durante el tiempo de trabajo sino que también es necesario llegar con puntualidad a la oficina para emprender la jornada diaria.
La puntualidad es una cualidad que se valora y mucho en el ámbito profesional, incluso, en una entrevista de trabajo es posible obtener información del candidato teniendo en cuenta si llega tarde o pronto a la cita. Una persona que llega puntual al trabajo muestra que es alguien comprometido con aquello que hace, además, se perfila como alguien que es capaz de actuar como un adulto responsable, del mismo modo, la puntualidad implica cierto nivel de independencia y autonomía.
Para poder llegar a tiempo a la oficina una persona debe de evitar la pereza por la mañana, madrugar para poder prepararse y desayunar con tranquilidad. Pero además, también debemos contar con un margen de tiempo aceptable para hacer frente a cualquier imprevisto en el trayecto por cuestiones de tráfico.
Lo ideal es llegar al trabajo con cinco minutos de antelación. Sin embargo, son muchas las personas que llegan justas de tiempo algo que se traduce en una falta de motivación que se refleja en la actitud con la que el sujeto asume su responsabilidad en la empresa. Alguien que disfruta con aquello que hace siente una gran alegría al formar parte de un proyecto laboral con valor de futuro.
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