Dar el salto a un nuevo empleo o mudarte a otro país no es solo un cambio en tu vida profesional, también es un movimiento que puede sacudir por completo tu bolsillo. Es crucial tomarse un momento para repasar varios puntos clave, pues una buena preparación puede evitar futuros problemas financieros. Entre los aspectos más importantes a considerar se encuentran los impuestos y la parte legal, especialmente si el cambio implica trasladarse a otro país, donde no hacerlo puede significar pagar dos veces por el mismo ingreso debido a la falta de un convenio de doble imposición.
En España, por ejemplo, la legislación laboral y fiscal está en constante cambio, afectando las prestaciones, los permisos y la manera en que se cotiza a la Seguridad Social. Aceptar un contrato ya sea dentro o fuera del país con condiciones distintas puede tener un impacto significativo en la jubilación, la cobertura por desempleo o una baja médica. Por otro lado, el tema del paro es crucial, especialmente si se recibe una prestación que puede suspenderse o extinguirse con el cambio, lo cual podría llevar a la pérdida de dinero.
Más allá del salario, el coste de vida del nuevo lugar es fundamental. Una oferta laboral atractiva puede no serlo tanto si el coste de vida es mucho más alto, limitando la capacidad de ahorro. Además, los imprevistos como retrasos en trámites, gastos inesperados en salud o cambios en la divisa pueden surgir, destacando la importancia de contar con un colchón de seguridad financiera que cubra entre tres y seis meses de gastos fijos. Aquellos con deudas también deben analizar cómo el cambio afectará sus pagos, especialmente si se enfrentan a préstamos en otra divisa.
Finalmente, una lista de revisión financiera antes de dar el paso incluye revisar la situación fiscal, comparar el coste de vida real con el salario neto, calcular el impacto de las deudas y el tipo de interés, asegurar un colchón financiero para imprevistos, confirmar el acceso a cuentas e inversiones desde el nuevo lugar y tener claros los trámites burocráticos. Cambiar de trabajo o país es un desafío financiero tanto como una oportunidad, por lo que llegar preparado es esencial para enfrentar el proceso con tranquilidad y control.