Los cursos de formación son una pérdida de tiempo

Formación y empleo

Las empresas españolas no consideran prioritaria la formación y el reciclado de sus trabajadores. No lo digo yo, es lo que me han trasladado dos ponentes en unas charlas sobre emprendiduría a las que asistí como público hace unos días. Esa es la realidad que veo también en la calle y que la crisis no ha modificado.

Y todo, cuando hay bonificaciones que limitan los gastos de las empresas grandes, al menos a la mitad de la inversión, por ese concepto, y a la totalidad de los costes generados en el caso de las pequeñas y medianas empresas.

Los ponentes de mis charlas comentaban que en los dos últimos años, las firmas que accedieron a conformar un plan para reciclar a sus trabajadores no superaron, en ningún caso, el 15% de todas las que podían acceder a esas cuantías específicas. El 85% de las empresas no movieron un dedo para reciclar a sus empleados.

¿Por qué? Pues, conociendo la cultura del empresariado de este país, asido a fórmulas de gestión muy poco flexibles, y sabiendo lo mal que funcionan los canales de comunicación de la administración para publicitar este tipo de ofertas, entiendo las cifras.

Al mismo tiempo, no dejo de sorprenderme de lo lejos que estamos de las eficacias que las mismas administraciones anuncian, las sinergias que no se dan y la pobre adaptabilidad de todo el sistema de empleo.

La crisis económica tan poco ha mejorado las cosas. Se recicla y se forma el trabajador que quiere volver al mercado laboral desde su situación de desempleo o quiere mejorar su situación. En las empresas, lo vital, ahora mismo, es incentivar la actividad.

Resulta inadmisible también que no se ejecuten subvenciones y que se devuelvan los fondos porque sus planes no han tenido la difusión adecuada. Y también que un empresario considere que no puede prescindir de un trabajador, si éste va a perder horas de trabajo en un curso de formación que no le reportará rendimiento económico inmediato.

Siempre existirá la posibilidad de contratar a otro trabajador que esté cualificado para la misma nueva tarea. Para los empresarios, las necesidades y obligaciones comerciales del día a día, no dan otra perspectiva a los cursos de formación y de reciclaje de sus trabajadores que los que crea cualquier interferencia comercial.

En la práctica, una pérdida de tiempo.

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