Uno de los sectores estratégicos de la economía mundial y por añadidura también en España, es el del automóvil que supone un mercado de alta importancia y un indicador económico. El número de matriculaciones, que el año pasado cayó un 2% aunque si se cuentan las automatriculaciones de las diferentes marcas este descenso sería de únicamente un 0,9%, depende de diferentes factores y su fortaleza siempre ha sido un barómetro de bonanza y confianza.
Que se compren menos coches pone sobre alerta respecto al endeudamiento familiar, de por sí castigado ya con motivo de hipotecas y otros gastos de consumo, aunque llama la atención que los vehículos estrella están siendo los todoterreno pese a su precio. Debe tenerse en cuenta que venimos de un largo período de expansión en las ventas y que, por tanto, es lógico que se produzcan ajustes finos, a la vista de los datos. Y también influye que las marcas han optado por segmentos potentes del mercado y no por los más baratos fortaleciendo aquellos modelos de gama alta, todoterreno y familiares que son menos elásticos respecto a la demanda pero cuyo techo puede estar próximo.
A todos estos datos debe sumarse la modificación que sufre el plan prever y que va a ir dirigido a vehículos de menos de 2.500 cc. La patronal del sector no está de acuerdo sobre la tendencia que apunta el ministerio de economía con esta medida al pensar que esto desincentiva la renovación del parque automovilístico más antigüo frente a los coches más grandes, contaminantes y caros cuyos compradores no miran los 700 euros que el plan otorgaba.
Es posible que esto sea así aunque dudo mucho de su influencia real. En lo que sí debemos convenir es en que si se quiere luchar contra la contaminación lo más efectivo es gravar el consumo de carburantes (no profesional, claro está) y no la mera adquisición de bienes independientemente de su uso. El problema de fondo es que no se han analizado con determinación las medidas y los objetivos que se persiguen lo que ha propiciado una medida que no contenta a nadie.
La pelota pese a todo está en el tejado de las marcas que deben salir de la ensoñación de planes y ayudas públicas para dar un paso hacia adelante y ofrecer productos de gran calidad a buen precio. Es la mejor manera de animar al consumo.
Vía: cinco días.